Estoy intentando superar el acoso escolar

Soy una mujer de 35 años que vivo en Madrid. Todo empezó con 5 años cuando empecé el colegio en Londres -donde nací y vivía antes. Entonces era una "niña fea" con gafas "cuatro ojos" y dientes "de conejo" según me decían mis compañeros de clase. Hay cosas que recuerdo con mucha claridad a pesar de ser muy pequeña.
En el segundo colegio a donde fuí con 7 años también hubo acoso, y para colmo, la profesora de ese curso me tenía manía y no hizo nada por ayudarme cuando mis compañeros de clase "no querían estar conmigo". Confieso que no tengo recuerdos muy claros de lo que pasó a estas edades, pero mi madre me ha contado cosas desde que, hace poco, he sido capaz de contarle cosas.
De "niña fea" pasé a ser una "adolescente fea". Con 11 años se me llenó la cara de unos granos tremendos y las piernas se me llenaron de unos pelos negros horribles heredados de mi familia. Además, llevaba gafas de la Seguridad Social británica ya que allí las proporcionan gratis para el que las quiera, y las suelen llevar todos los niños y algunos pensionistas. Por entonces, mis padres me habían cambiado a un colegio privado, y a esa edad empecé la Educación Secundaria. Fue una de las peores etapas de acoso, la de los 11 años; tal vez fue la peor porque la sigo recordando más de lo que me ocurrió con 13-14 años. Con 11 años un grupo de chicas de 13 años empezó a buscarme en los recreos para burlarse de mis gafas de la Seguridad Social -a esa edad y en un colegio privado, las pocas que llevaban gafas ya sus padres les compraban unas gafas "bonitas"- mis granos en la cara y mis pelos en las piernas. Además, según ellas caminaba de manera rara. Eran sobre todo tres las que me acosaban, pero también venían espectadoras. Yo no era capaz de contárselo a nadie, me daba mucha verguenza, y lo más triste de todo es que pensaba que tenían razón. Yo misma estaba atormentada por mis propios complejos. Además, en mi casa era un sacrificio para mis padres pagarme el colegio, y apenas había dinero para comprarme ropa. Llevaba uniforme, pero en la fiesta de Navidad nos dejaron llevar ropa de calle. Ese día todas en el colegio se burlaron de mi ropa. Mi madre se había empeñado en vestirme "de pitiminí" y mientras las demás llevaban vaqueros y sudadera o jersei, yo llevaba una faldita blanca -que encima me quedada corta- y un jerseicito rosa. Las tipas del tercer curso me siguieron acosando -fueron las peores, pero también hubo alguna de segundo e incluso cuarto curso que se metía conmigo, y tampoco me llevaba muy bien con algunas de mis propias compañeras de primero- hasta que un grupo de chicas de segundo decidieron hablar con las profesoras sobre lo que me estaban haciendo las de tercero. Mi tutora me vino a sacar de clase para hablar conmigo y esas tipas dejaron de acosarme, pero las profesoras nunca informaron a mis padres sobre lo que me había estado sucediendo. ¡Claro! No les interesaba que aparecieran en el colegio a armar una buena.
Con 13 años me vine a vivir a España y entré en 8º E.G.B.. Ahí empezó otro acoso serio, porque yo era "la inglesa", "la que hablaba raro" y desde luego mi carácter -que se había ido haciendo caca vez más tímido y retraído- no ayudó nada. Unas tipas de mi clase me montaron toda una historia de "un anónimo" de clase que estaba supuestamente enamorado de mí y me empezó a mandar cartas durante el viaje de fin de curso. Como yo me lo creí fueron a más incluso atreviéndose a llamar a mi casa en nombre del tal "anónimo". Mis padres ya empezaban a sospechar. Las tipas esas también me organizaron una serie de "pruebas" que tenía que superar si queria formar parte de su pandilla. Ya os podéis imaginar qué tipo de pruebas eran... Esto sí que llegué a contárselo a mis padres, y mi madre intervino ya cuando vio que las cosas iban demasiado lejos. Claro que los adultos de entonces se dieron cuenta enseguida de que todo era un "montaje" de esas tías.
Hubo muchas más cosas que os podría contar, pero no acabaría nunca. Ya os he contado lo más serio que me pasó. En todo este tiempo mi familia nunca se dió cuenta de NADA de lo que estaba pasando. Al contrario, mi timidez era motivo de broncas y reproches tipo "por qué eres tan tímida": "tienes problemas para relacionarte con los demás".
Ahora mismo estoy en tratamiento psicológico para intentar superarlo todo. Nunca llegué a imaginar que hubiera podido llegar a afectarme tanto el pasado y cómo ha marcado mi carácter y ha condicionado mi vida y forma de actuar. Recordarlo todo me hace sentir tremendamente mal y triste, y es ahora cuando soy capaz de llorar como no lo fui entonces cuando estaba sucediendo todo. Creo que entonces mi mecanismo de defensa era intentar convencerme a mí misma de que no me importaba lo que me estaban haciendo, aunque de niña recuerdo "no saber por qué se comportaban así conmigo".
Gracias por leerme, y espero haberos servido de ayuda. Tod@s necesitamos saber que no estamos solos, ni los que están sufriendo acoso en la actualidad, ni los que lo hemos sufrido en en pasado.
Un abrazo muy fuerte para tod@s

hola
yo sufri acoso tambien
tengo 19 años y me siento algo identificada contigo, yo soy de mexico y la secundaria no fua nada facil para mi tampoco, aun asi logre salir adelante, sola, jamas se lo dije a nadie y nadie de mi familia lo sabe, me lo he callado ya 7 años, esa etapa de mi vida fue dolorosisima, el saber que te molestan por algo, tratar de mejorarlo y que la cosa empeore no es facil, mermo mucho en mi seguridad actualmente hay cosas que me cuesta trabajo hacer siempre esta presente ese sentimiento horrible de que si sobresales o difieres de los demas alguien te hara burlas o maltratos, me da gusto saber que al menos aqui puedo encontrar a alguien que entienda por lo que pase, espero de verdad que hoy te sientas mejor y que podamos dejar todo esto donde debe estar... en el pasado .

Hola Belinda.

Yo también estoy tratando de superarlo. Tengo veintiún años y aún no he conseguido "resarcirme" del mal de haber sufrido violencia psicológica. Lo peor es que sigue siendo como un quiste, algo doloroso que no quieres enseñárselo a nadie porque crees que sentirán rechazo. Por eso nadie sabe de las humillaciones tan extremas que pueden llegar a marcar el caracter.

Nadie sabe de ello. La adolescencia es "una etapa complicada", y en eso se queda la tortura. Porque no nos equivoquemos: nos han practicado tortura, y de eso uno no sale tan pancho.

Siempre queda esa doble moral dentro de uno: por una parte es completamente injusto y cruel, y por la otra parte eres una cobarde por no haberte defendido, por lo que en esencia, te lo terminaste mereciendo.

Yo sigo pidiendo permiso para que me escuchen. Y si alguna vez me ignoran, me marchito como una flor ante una tormenta de nieve. Quiero sentirme como aquellos que saben que lo que dicen tiene valor por si solo, y que merecen ser escuchados y atendidos. No quiero seducir a mis oyentes como he aprehendido para, y solo para, caer bien y ganarme el que por un ratito tenga algo de atención.

¿Cómo se sale de esto cuando lo has intentado todo?